Gestión Predial
En los predios donde se identifican unidades sociales, es decir, personas que habitan una vivienda, y que son objeto de afectación, los profesionales prediales brindan un acompañamiento a estas familias, con el fin de restablecer sus condiciones económicas y de habitabilidad previas y que en dicho restablecimiento se iguale o mejore las condiciones identificadas al iniciar el Proyecto.
PASO A PASO
El procedimiento que se debe agotar para adquirir los predios a nombre de la Agencia Nacional de Infraestructura -ANI-, está consagrado en la ley y en el contrato que soporta el Proyecto, es así como se puede agotar la enajenación voluntaria o la expropiación. En ambos casos se agotan unas actividades previas, como la elaboración del insumo técnico y jurídico que permita identificar el área objeto de afectación y la situación jurídica del inmueble, elaboración de Informe de Avalúo Comercial y oferta de compra por medio de la cual se le informa al propietario el valor del área objeto de afectación con las construcciones, cultivos y/o especies allí identificadas.
En caso de que el propietario acepte se agota la enajenación voluntaria mediante la celebración de la escritura pública de compraventa en la que se consignan las condiciones de la negociación (objeto, precio y forma de pago).
En caso de que el propietario no acepte la oferta de compra o que, aun aceptando, no pueda agotar la enajenación voluntaria por situaciones jurídicas del inmueble, se inicia el procedimiento de expropiación, mediante el cual se pretende que el predio, objeto de afectación, se entregue a la Concesión para construir la obra dentro del plazo contractual, mientras que en el proceso se resuelven las situaciones que impiden la enajenación voluntaria.
Paralelo al procedimiento antes descrito, se brinda el acompañamiento a las unidades sociales, mediante el reconocimiento y pago de factores de compensación social según las condiciones de cada una de las unidades sociales afectadas.
El dialogo con los propietarios vecinos de la vía es permanente, de manera que se resuelvan sus peticiones, quejas o reclamos, y así procurar una continua comunicación característica de los buenos vecinos.